Una introducción a la historia de la arquitectura.
Enrico Tedeschi
Editorial Reverté, Barcelona, España, 2017.
Reseña de Manuel Perales Munguía
doi: https://doi.org/10.21754/devenir.v6i11.642
Muchas veces, la historia de la arquitectura se concibe en la forma de una mera sucesión cronológica de acontecimientos y obras referentes, por lo que su enseñanza resulta poco atractiva a estudiantes e incluso docentes, quienes suelen ver poca o ninguna utilidad en dedicarle horas de esfuerzo a su análisis. Se trata, sin duda, de un problema bastante extendido y recurrente. En efecto, Una introducción a la historia de la arquitectura de Tedeschi es más bien —como indica Eduardo Prieto en el epílogo del volumen— una propuesta teórica y metodológica para recurrir a la historia como recurso pedagógico, en lugar de un compendio descriptivo de hitos que han marcado el proceso de la arquitectura a través del tiempo. En este sentido, destaca el esfuerzo del autor por demostrar el carácter unitario del quehacer arquitectónico, así como su llamado sobre la necesidad del establecimiento de puentes de diálogo entre arquitectos y críticos, expresados en términos de juicios de valor que superen clasificaciones simplistas entre «verdadera» y «falsa» arquitectura.
Si bien —como advierte Tedeschi en la sección de conclusiones— el volumen ofrece un conjunto de pautas para no caer en posturas dogmáticas y mantener así la libertad en la elaboración de los juicios de valor antes mencionados, se puede afirmar que, en el fondo, sienta las bases de un procedimiento metodológico para el análisis histórico de la arquitectura. Dicho procedimiento es delineado a partir del capítulo IV, que se presenta luego de una «invitación» a la historia que Tedeschi plantea al lector, además de un acucioso balance de los estudios críticos e históricos de la arquitectura, desde la antigüedad clásica hasta principios del siglo XX, que en su conjunto nos ofrece en los tres primeros capítulos del libro.
La propuesta metodológica de Tedeschi enfatiza la necesidad de introducirse en la obra a analizar «tal como es», es decir, mediante una aproximación a través de una refinada sensibilidad, de modo que después se pueda establecer una síntesis estética adecuada. Para ello, plantea reconocer y estudiar componentes prácticos e ideales, siendo los primeros los que —a juicio del autor— son menos difíciles de identificar, puesto que se refieren a aspectos como el emplazamiento topográfico del edificio, su ubicación cronológica, rasgos constructivos y funcionales, entre otros. En cuanto a los segundos, Tedeschi advierte la necesidad de un mayor cuidado y orienta la atención del lector hacia elementos como el espacio, los valores plásticos y la escala.
La orientación «espacialista» de Tedeschi —anunciada en el prólogo de la presente edición, a cargo de Francisco de Gracia— se revela abiertamente en los capítulos V y VI, en los que este autor, haciendo eco de las formulaciones de Bruno Zevi, desarrolla argumentos que lo llevan a plantear la importancia de considerar las sensaciones espaciales para el establecimiento de los juicios estéticos. Sin embargo, a diferencia de dicho autor, Tedeschi no solo identifica un espacio interior sino también otro exterior —que denomina espacio estético— marcado por las cualidades plásticas del edificio en relación con su entorno. Esto lo induce a afirmar categóricamente que no se puede descartar la condición arquitectónica de un edificio únicamente porque carezca de espacio interior, sino que se debe tomar en cuenta la forma en que este participa del espacio urbano y del espacio natural.
Finalmente, en el capítulo VII, Tedeschi profundiza en sus ideas acerca de la arquitectura como actividad intuitiva —esto es, como arte o libertad expresiva— orientada hacia la producción de obras estéticamente satisfactorias pero con fundamentaciones prácticas. Por tal motivo, enfatiza la necesidad de una síntesis que articule adecuadamente tales elementos prácticos con los ideales, siempre dentro de una contextualización histórica correcta, con miras a la construcción de una cultura arquitectónica de carácter histórico-crítico, como después vuelve a recalcar en las conclusiones.
Como vemos, al margen de los sesgos que podría arrastrar Tedeschi por su tendencia «espacialista», destaca su esfuerzo por esbozar una nueva aproximación a la historia de la arquitectura, poniendo en relieve su potencial para alcanzar juicios de valor sobre las soluciones elaboradas por los arquitectos en cada uno de sus respectivos contextos históricos. De esta manera, el autor abre nuevas perspectivas para encontrar un sentido a la enseñanza de esta materia, incluso como una vía para alcanzar la libertad a partir de la superación de las limitaciones precedentes.
Si bien Una introducción a la historia de la arquitectura de Tedeschi se publicó originalmente en 1951, bajo el sello de la Universidad de Tucumán, resulta evidente su plena vigencia en nuestro tiempo. Por tal motivo, esta nueva edición, bastante bien cuidada y a cargo de Editorial Reverté —con el apoyo de la Universidad Politécnica de Madrid— constituye, de lejos, una notable contribución cuya lectura debería ser indispensable para arquitectos, críticos y demás interesados en el tema.