Conservación patrimonial:

Teoría y crítica

i. Rigol y a. Rojas

Universidad de La Habana, La Habana-Cuba, 2014..

Reseña de Silvia Quinto Fernández

En este libro, dos reconocidas investigadoras cubanas brindan un amplio panorama de la conservación patrimonial mediante la compilación de ensayos, artículos científicos, proyectos académicos, asesorías y ponencias que abordan tanto su pensamiento y praxis como la evaluación de la conservación y puesta en valor del patrimonio cultural histórico, arquitectónico, urbanístico, natural e intangible. La obra está dividida en seis secciones: “Notas para una Historia de la Conservación del Patrimonio”, “Tendencias y Reflexiones”, “Patrimonio Mundial”, “La Diversidad del Patrimonio”, “Ciudades, Pueblos, Lugares”, y “Gestión, Turismo y Ética”.

En la primera parte, se desarrolla una síntesis histórica de la teoría y práctica de la conservación del patrimonio desde las sociedades iniciales hasta nuestros días, así como algunos aspectos esenciales de la concepción contemporánea de lo patrimonial. Asimismo, se evalúa la actual potencialidad económica del patrimonio. Adicionalmente, se enfatiza los valores y retos específicos de la conservación patrimonial en América Latina y El Caribe. Se analiza en particular el caso de la ciudad de La Habana, desde 1900 hasta la Campaña Internacional para la Salvaguarda de la Plaza Vieja promovida por UNESCO en 1983, que convocó a numerosos expertos internacionales y resultó una ejemplar experiencia, no solo en tanto exitosa rehabilitación progresiva, sino como proceso sostenible hasta el presente.

En la segunda sección se profundiza en la asimilación de lo contemporáneo en contextos antiguos, la validez de los valores que posee lo antiguo, y la clasificación propuesta por las autoras respecto de las posibilidades o gradación de la relación de lo nuevo con lo viejo, que abarcan desde el máximo contraste hasta la analogía. Para ello, emplean acertados ejemplos, tanto americanos como europeos, que evidencian una pertinente postura profesional de cualquier arquitecto respecto del patrimonio edificado. Existe un meritorio esfuerzo por revalorar lo moderno, en casos como el de La Rampa, en la Habana; los monumentos del movimiento moderno inscritos en la Lista del Patrimonio Mundial (Brasilia, la Ópera de Sydney, la Ciudad Universitaria de Caracas, entre otros del siglo XX); y el Hotel Riviera, emblemático testimonio de la arquitectura turística cubana moderna, de la historicidad de los legados edificados del siglo XX.

En el tercer capítulo, las autoras desarrollan ampliamente el concepto de autenticidad respecto de los centros históricos, considerando que para conservarla se debe encontrar maneras de “asimilar los cambios ineludibles sin alterar la esencia… adicionar y no restar valor” (p. 226), proceder ejemplificado en la ciudad de La Habana, en la cual “puede leerse el tiempo transcurrido desde su fundación hasta el presente, con solo trasladarse de Este a Oeste” (p. 227). Asimismo, esta publicación aborda asuntos patrimoniales contemporáneos como los bienes en serie, los itinerarios culturales y los paisajes culturales, como expresiones combinadas de la naturaleza y el hombre, de la identidad cultural y del desarrollo humano sostenible de sus comunidades.

En la cuarta parte, se abre el panorama de la conservación al abordar el tema de los frentes acuáticos, la crisis y decadencia de los viejos puertos, y la apuesta por nuevas funciones y formas, como aquellas introducidas mediante las intervenciones realizadas en Barcelona, Sevilla y Londres, ciudades que han atravesado la transformación de sus franjas portuarias; el caso de Riverwalk en San Antonio, Texas y su puesta en valor; entre otros. Asimismo, se realiza una revisión del patrimonio industrial, del concepto de paisaje industrial, de los ejemplos representativos inscritos en la Lista de Patrimonio Mundial, y de los criterios y valores a considerar para su conservación.

En el quinto apartado, se analiza la evolución de la arquitectura militar. Se considera el sistema colonial defensivo de La Habana (la isla mayor, fortificada desde 1586), su largo proceso de amurallamiento y el reconocimiento como Patrimonio Cultural de la Humanidad en 1982; las fortalezas de Cartagena de Indias en Colombia; y Santo Domingo en República Dominicana. La amplia mirada presenta además La Plaza del Himno Bayamo, la ciudad de Gibara, el cementerio macabeo de Guanabacoa, el Convento de Santa Clara de La Habana y el Camino Real, resaltando los valores que poseen y las propuestas para promover su recuperación patrimonial progresiva.

La sexta sección revisa la experiencia de recuperación del centro histórico de La Habana. Así, se aborda la sostenida labor de rescate patrimonial, el modelo de gestión implantado, el liderazgo de Eusebio Leal, la Oficina del Historiador de la Ciudad, la administración, y la eficiente fuente de ingresos que se reinvirtieron en la restauración y adaptación de otras edificaciones. Se realiza también una síntesis respecto de la formación en gestión del patrimonio, que aborda las experiencias formativas desde 1990, los planteamientos, las premisas de capacitación y las entidades a cargo. Se analiza además la relación entre turismo y patrimonio, y se resalta la necesidad de coherencia, rigor e imaginación para mantener la autenticidad y la validez de los valores del bien patrimonial, a la par que se destaca la necesidad de sostenibilidad económica, ambiental y social mediante un turismo apropiado y responsable, tal como está enunciado en el Informe del Comité de Patrimonio Mundial de la UNESCO. Se concluye proponiendo un itinerario urbano por La Habana Vieja, un tour peatonal que permite conocer y valorar cada uno de sus componentes patrimoniales.

Se trata de una publicación muy destacable por el gran aporte en el conocimiento del pensamiento y la práctica patrimonial, testimonio de la gran labor desplegada en la ciudad de la Habana, el Caribe y otras ciudades latinoamericanas.