Patrimonio en debate
Intendencia de Montevideo
Intendencia de Montevideo, Montevideo - Uruguay, 2013.
Reseña de José Hayakawa Casas
La oportunidad de reseñar este libro me permite abundar detalles sobre el valioso aporte de diversos académicos, actores sociales comprometidos con ‘lo patrimonial’, instituciones públicas vinculadas a la temática, distintos ‘hacedores del patrimonio’ y, también, de sus divulgadores en Uruguay, por reunirse, por debatir, por cuestionar, por reflexionar y por proponer en torno a buena parte de la acción en el patrimonio, la ciudad y las políticas públicas que vienen ocurriendo en la ciudad-departamento de Montevideo en los últimos 30 años, todo en el contexto del ciclo El Patrimonio en Debate, el cual se desarrolló entre marzo y agosto de 2012. Justamente la celebración de este referido ciclo brinda la oportunidad, el título y las ponencias que componen este valioso libro. Las actividades se desarrollaron en las salas del Teatro Solís entre el 22 de marzo y el 30 de agosto de 2012.
La presente publicación (226 páginas de extensión) incluye como principal contenido una trascripción del referido ciclo, de acceso libre, el cual fue desarrollado a través de seis mesas redondas y tres conferencias que reunieron invitados nacionales y extranjeros, así como la relatoría de cada una de las primeras. Los aspectos nucleares de este ciclo se recogieron en el libro del mismo nombre, aunque por razones de espacio las transcripciones sufrieron algunos ajustes, procurando mantener con un texto coherente, de forma que resultase lo más significativo y representativo de los conceptos allí vertidos. El evento y la publicación de este libro de ponencias fue producto del liderazgo –y preclaridad– del reconocido arquitecto Francisco Bonilla, y a su vez fue organizado por encargo e iniciativa de la Intendencia de Montevideo, con el apoyo de connotadas entidades uruguayas como el Ministerio de Educación y Cultura, la Comisión del Patrimonio Cultural de la Nación y la Facultad de Arquitectura de la Universidad de la República, además del auspicio de UNESCO.
Una de las principales misiones de dicho evento y la consiguiente publicación, además confrontar opiniones disímiles sobre el patrimonio uruguayo –en general– y montevideano –con especial atención–, y su adecuada gestión, incluir una visión más amplia, poliédrica, de un asunto en el que tradicionalmente han participado activamente pocas disciplinas. Ello es además muy pertinente debido al contexto local uruguayo, donde la actualización normativa –clamada y reclamada desde diversos sectores– tendría que incorporar las ideas que de estas visiones múltiples e interdependientes surgen.
En la apertura de la publicación la ponencia del arquitecto Juan Pedro Urruzola, quien desarrolla la línea argumental de cómo la planificación, la ciudad y el patrimonio son temáticas concurrentes y cada vez más complementarias. Por ello él plantea la necesidad de recordar que la ciudad es un organismo vivo y en construcción permanente, y que el presente representará en el futuro la memoria de dicha ciudad. De acuerdo a dicha concepción, el rol del patrimonio resulta clave porque debe participar en la configuración del presente y futuro urbanos. En ese marco, el autor reconoce el valor de estas jornadas para profundizar y actualizar las políticas patrimoniales de la Intendencia de Montevideo, y fortalecer un proyecto colectivo cuyo fin ulterior es construir un territorio más democrático, integrado y justo. También en la apertura, el arquitecto Mario Arana toma una bandera diferente: que la observación de las indecisiones, inconsecuencias y/o insensibilidades obligan a la reflexión, a la toma de conciencia individual y colectiva, y a un sinceramiento institucional que apueste por ampliar la postura y la actuación.
Asimismo, destaca la Mesa 3, “La escala de lo patrimonial”, en la cual no solo se discutió acerca de la evolución rastreable desde el reconocimiento de áreas caracterizadas, y su posterior protección mediante la creación de las Comisiones Especiales Permanentes y las normas respectivas, sino sobre otros sectores de la ciudad con valores derivados de su coherencia tipo morfológica y de sus rasgos identitarios, reapropiados socialmente. Las actuaciones de las referidas comisiones en Montevideo –comprendidas desde la perspectiva de la Planificación Territorial y Derivada– expresaron una visión sistémica que ya estimaba estos otros sectores en su valor de conjunto, más que como sumatoria de edificios notables y con méritos individuales a proteger. Dichos conjuntos urbanos pueden poseer calidades asociadas a lo monumental-nacional, o solo contar con valor simbólico y referencial para la comunidad que los habita.
Finalmente, en la Mesa 5, “Los hacedores del patrimonio (II)”, se destacaron argumentos tangibles y verificables en favor de una recuperación patrimonial real y viable que se opone a la mirada catastrofista de los impedimentos tecnológicos o las deficiencias de capacitación. Estas razones alentadoras se nutren del reconocimiento de una arraigada tradición y savoir faire constructivo expresados no solo en los edificios monumentales sino en aquellos más modestos y autoconstruidos. Como demuestran las experiencias discutidas, si a ello se le suma el sentido común, la creatividad, la recuperación de oficios, y el aporte de nuevos productos y técnicas, su validez se potencia exponencialmente.
Dicho esto, solo cabe reiterarles la invitación convencida a sumergirse en el amplio espectro de lo patrimonial desde el debate uruguayo, donde la fulgurante aparición de este libro no cerró la discusión sino que, por el contrario, terminó de abrirla.