Barrios altos.
la otra historia de lima
siglos xviii-xx
ALejandro reyes flores
Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Facultad de Ciencias Sociales, Fondo Editorial, Lima – Perú, 2015.
Reseña de Aaron Urdanigue Contreras
Esta publicación nace en el marco de una investigación académica para dar a conocer a los Barrios Altos, que para juicio del autor ha sido siempre subvalorada por no encontrarse en el centro del poder colonial y republicano. Es pertinente resaltar la filiación que existe entre el autor y los Barrios Altos, lugar donde vivió y que lo une emocionalmente con el área de estudio.
Si queremos investigar documentos y publicaciones referidos a los Barrios Altos, estos van a ser escasos, debido a que la mayoría de investigaciones se han centrado principalmente en el área que ha sido inscrita en la lista de Patrimonio Cultural de la Humanidad. Sin embargo, se dejó de contar la historia de lo que pasaba en las áreas periféricas de Lima colonial y republicana como es el caso de los Barrios Altos.
Y es que ahí reside el valor de esta publicación, de resaltar al “anti-héroe” o al artista de papel secundario, ya que el libro nos hace fabulosos recuentos de los distintos actores sociales y económicos que se desarrollaron en este lado de la ciudad, quizás para muchos desconocidos, como el aguador, el boticario-farmacéutico, así como también los “maestros” albañiles, carpinteros, pintores y sastres, la mayoría de ellos de condición humilde y que gracias a su trabajo hacían posible la vida de las demás personas en la otra Lima.
Es abundante la información obtenida de archivos históricos e información oral, donde se da cuenta también de la existencia de estos otros lugares de uso común de la gente de Barrios Altos como eran: los cajones, chicherías, chinganas y pulperías, todas ellas ya desaparecidas.
Gráficamente la propuesta es limitada, contando con 334 páginas, dividido en diecisiete capítulos, y narrado principalmente desde el s. XVIII hasta mediados del s. XX, de las cuales pasamos a describirlas en 6 partes:
En el primer capítulo describe geográficamente el entorno de Lima, así como su ocupación pre-hispánica y la inicial presencia ibérica en el valle, igualmente hace una descripción de la temprana fisonomía de Barrios Altos.
En el segundo bloque están comprendidos los capítulos II, III y IV, que describen la vida económica de los monasterios y conventos de los Barrios Altos. Asimismo, nos cuenta sobre las decisiones que tuvieron que tomar las familias pertenecientes a la nobleza limeña en momentos difíciles como fue el cambio y transición del gobierno colonial al republicano. Del mismo modo cabe mencionar el aporte del famoso icono de la arquitectura industrial de los Barrios Altos, como fue el Molino de Santa Clara.
El tercer bloque abarca los capítulos V y VI, de los cuales narra la presencia italiana a lo largo del s. XIX. Asimismo, describe la presencia del inmigrante chino, sufrida en un inicio pero gracias a su emprendimiento lograron posicionarse con pulperías, chinganas, fondas y en el tema cultural con los teatros.
En el cuarto bloque compuesto por los capítulos VII, VIII, IX y X, describe las actividades, económicas, mercantiles, manufactureras y de servicios de los Barrios Altos. Nos revela a los albañiles, carpinteros, pintores y sastres, y como se agrupaban en gremios y cofradías. Del mismo modo el autor presenta abundante información de los locales comerciales ya desaparecidos de chicherías, chinganas, pulperías y cajones, y el no menos conocido como la Plaza de Abastos de Lima. Asimismo, las industrias de la época como las curtiembres, velerías y panaderías, ubicadas la mayoría de ellas en los alrededores del rio Huatica, para aprovechar su fuerza hidráulica. Igualmente, el autor nos explica como prácticamente existió una ciudad universitaria con la presencia de la Facultad de Medicina de San Fernando y los hospitales de Santa Ana y San Bartolomé en los alrededores de la plaza Santa Ana de los Barrios Altos.
Del quinto bloque comprendido por los capítulos XI y XII, se desprende las transformaciones que sufrió Barrios Altos por efectos de la modernización de inicios del s. XX, con la presencia del tranvía, los cinemas, el “entierro” del rio Huatica, el trazado de nuevas calles y la construcción de las novedosas quintas. Además, la presencia del migrante japonés, y el aporte que tuvo en nuestra gastronomía.
Como sexto y último bloque, comprendido por los capítulos del XIII al XVII, el autor nos describe sobre una de las características más importantes de los Barrios Altos, que es la música y el criollismo. Hace un recorrido sobre la formación del vals criollo, músicos relevantes, el aporte del ejército con las famosas retretas y la consolidación del vals criollo. Personaje a destacar es el compositor Luis Dean conocido como “el payador”, él encarna lo que debió, debe y deberá ser un criollo de verdad.
Dicho esto, solo cabe invitarlos a sumergirse en una buena investigación sobre uno de los barrios de mayor tradición limeña, hoy en día olvidado y desconocido por muchos, pero que nos da base suficiente para valorar y rescatar lo que aún queda en los Barrios Altos.