Entrevista: Arq. Roberto Samanez Argumedo

Entrevista

Léo Orellana

Arquitecto Léo Orellana acompañado por la Arq. Angie Shimabukuro en la Maison de l´Amerique Latine, en Paris

Fuente: Archivo fotográfico personal José Hayakawa, 2014.

Léo Orellana, arquitecto chileno-francés con más de 35 años de experiencia en la dirección y realización de proyectos innovadores en las áreas de arquitectura, urbanismo y patrimonio cultural; becario del gobierno francés en 1979, obtiene el diploma de posgrado en dirección de proyectos y se perfecciona con la École Nationale des Ponts et Chaussées.

Trabaja en Rwanda, Burundi, Mali y Costa de Marfíl, y durante 14 años participa de los estudios y la realización del proyecto del Parque de La Villette (París), primer parque urbano cultural de gran extensión (55 Ha.), del arquitecto Bernard Tschumi.

En 1997, crea y desarrolla los Seminarios Internacionales sobre la Revitalización de los Centros Históricos de América Latina y el Caribe (SIRCHAL) en la Dirección de Arquitectura y Patrimonio del Ministerio de Cultura y Comunicación de Francia, asociado al Ministerio de Relaciones Exteriores de Francia, la Maison de América Latina, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y la Unión Internacional de Arquitectos (UIA).

Desde 2006 evoluciona como estructura independiente y amplía su campo de intervención, incluyendo en su programa la revitalización de centros urbanos con una perspectiva de desarrollo compartido y sostenible, una metodología participativa, talleres de concertación y un polo de competencias.

Realiza misiones para UNESCO, BID, la Unión Europea (UE), United States Agency for International Development (USAID), y diversas fundaciones y alcaldías, referentes a la problemática del patrimonio, el desarrollo urbano, y la revitalización de los centros urbanos e históricos.

Ha sido miembro de diversos jurados internacionales, profesor invitado en el Instituto de Altos Estudios de América Latina (IHEAL), la Universidad de La Sorbonne Nouvelle, Paris III. Fue nombrado Chevalier des Arts et des Lettres en París, el 14 de julio de 2000, por su compromiso con “la promoción de la arquitectura y del patrimonio cultural, así como con el desarrollo de proyectos de cooperación bilateral entre Francia y América Latina”. Es director general y fundador de SIRCHAL.

JH: ¿Cuál fue su formación académica en el campo de la restauración y/o conservación de monumentos arquitectónicos?

LO: Mi formación ha sido la de arquitecto urbanista. Después de haber sido diplomado y titulado, fui becario del Gobierno de Francia para una Especialización en la Maîtrise d’ouvrage, el equivalente de la dirección de proyectos. Esta formación fue complementada por dos diplomas de la École Nationale des Ponts et Chaussées de París, sobre ‘Savoir gérer la gestion et la réalisation d’un projet immobilier’ y ‘Conduire les projets de réhabilitation et d’entretien’.

Y vía el ejercicio profesional, ¿cómo se aproxima a este campo especializado?

Mi acercamiento a la conservación y sobre todo a la revitalización de los centros históricos fue progresivo. Una de las experiencias que me impactaron más fue el uso de métodos tradicionales junto con técnicas modernas de construcción en varios países de África. Posteriormente, trabajé en la realización de un proyecto cultural radicalmente opuesto: la realización del Parque de la Villette, concebido por el Arq. Bernard Tschumi. Este parque urbano es único en el mundo; fue creado tras la reconversión de los antiguos mataderos de París. La conjugación de elementos antiguos y contemporáneos, más mi interés personal por América Latina fue lo que me llevó poco a poco hacia la preservación y la revitalización de los centros históricos en América Latina y después en otras regiones. Gracias al apoyo de BID, UNESCO, la Unión Internacional de Arquitectos, y el Ministerio de Cultura y Comunicación de Francia pude montar el programa que desde 2006 es autónomo.

En su opinión, ¿cuál es la principal fortaleza y debilidad del medio latinoamericano en lo relativo a la conservación del patrimonio, especialmente el edificado?

La fortaleza del medio latinoamericano en lo relativo a la conservación del patrimonio, especialmente el edificado, reside en su riqueza y su diversidad, que en parte se debe a sus orígenes multiculturales que han producido un resultado original y propio de la región.

Este patrimonio edificado urbano está en constante readecuación, lo cual puede ser considerado como positivo, pero que, desde el punto de vista de la conservación tradicional, puede también ser considerado como una debilidad.

Sin embargo, desde mi punto de vista, esta readecuación es más bien una fortaleza, porque permite el mantenimiento y la conservación del bien cultural con nuevas funciones mas adecuadas a la evolución y la realidad contemporánea de nuestras ciudades, ya que las funciones originales se han vuelto obsoletas en la mayoría de los casos.

La principal debilidad me parece ser la falta de continuidad en la implementación de los proyectos de conservación del patrimonio, así como la visión a veces demasiado ambiciosa o desproporcionada, que no toma en cuenta ni integra la relación entre los tiempos políticos y los tiempos técnicos necesarios para la implementación de los proyectos de conservación. En el caso de América Latina, no se puede continuar ignorando la importancia de los tiempos políticos, que son decisivos. Desafortunadamente los profesionales rara vez integran esos tiempos políticos a la concepción y ejecución de los proyectos. Se debería elaborar e integrar fases secuenciales tomando en cuenta los plazos de los calendarios que condicionan el quehacer de las autoridades políticas electas. La discontinuidad debida a la alternancia de responsables políticos y técnicos tiene un impacto significativo, nefasto en cuanto a la realización de los proyectos de conservación, ya que cada nuevo responsable tiende a marcar o dejar su huella propia, y aspira a modificar, reorientar o ignorar lo iniciado por su predecesor. El costo financiero que generan estas debilidades es altísimo; la reducción de estos factores de vulnerabilidad, tanto en los estudios como en la implementación de los proyectos, creo que podría permitir la realización mínima del doble de proyectos en términos de cantidad, ganar un tiempo importante y sobre todo constituir un capital de imagen positiva en el valor que aporta la inversión a la conservación del patrimonio cultural edificado.

JC: ¿Y en Francia? ¿Cuáles son las principales especificidades del medio francés en lo concerniente a la gestión del patrimonio cultural, especialmente el edificado?

RS: En Francia, contrariamente a en América Latina, tradicionalmente existían instituciones con funcionarios especializados de carrera1 y una política de conservación permanente, a mediano y largo plazo, que permitía una estabilidad y una continuidad en materia de conservación. Sin embargo, hoy en día, los recursos se han reducido sensiblemente y la administración estatal, regional y municipal se ve en la obligación de empezar a vender su patrimonio y/o buscar nuevas formas innovadoras para obtener recursos financieros con los que continuar una política coherente según los bienes patrimoniales que administra, y la necesidad de su conservación y puesta en valor.

Por parte del Estado existen reglamentaciones, disposiciones y normas de protección que siguen vigentes, en particular en lo que concierne a los bienes patrimoniales de propiedad privada. La dificultad hoy en día reside en las capacidades y disponibilidad real de los recursos humanos, de gestión y de control.

Sin embargo, la conciencia civil del valor que posee el patrimonio edificado es trascendental; esta conciencia, que existe desde hace varios siglos, hace que tanto la sociedad civil como asociaciones y organizaciones no-gubernamentales se impliquen profundamente en el rescate del patrimonio. Esta implicación es general y se encuentra a través de todo el territorio nacional, lo que constituye un factor clave en la recuperación y conservación del patrimonio. La acción de la sociedad civil y los resultados alcanzados se van sumando a la puesta en valor tanto de los monumentos como del ‘patrimonio cotidiano’ que existe en las diferentes aldeas, pueblos, ciudades y aglomeraciones urbanas en Francia.

Para mí esta dinámica es muy importante, porque cada bien pertenece a una persona, asociación o colectividad que entiende su importancia y valor cultural, económico y social como factor de desarrollo para el conjunto de la sociedad.

Este proceso mantiene vivo el patrimonio edificado, y añade una dimensión de orgullo y pertenencia, lo que genera una programación en torno de actividades como oficios tradicionales, gastronomía, festivales culturales, alojamiento y hotelería, ecoturismo...

JC: ¿Cuál cree que ha sido el mejor momento en la recuperación de los centros históricos en América Latina y por qué? ¿Cómo vislumbra su devenir?

RS: La Convención del Patrimonio Mundial ha dado un impulso a la conservación en América Latina, dándole una dimensión internacional y una nueva mirada de autoestima a su propio patrimonio. Las experiencias son múltiples, desde Quito a Brasilia; sin embargo, no hay modelo que copiar: cada centro histórico tendrá que buscar y construir su propio modelo de gestión e inversión. Solo con un fondo de inversión adecuado y una voluntad política de continuidad, se podrá acompañar y ajustar la gestión de los centros históricos a la dinámica urbana, que debe ser considerada como necesariamente complementaria.

JC: ¿Cuál ha sido el rol que ha jugado y el impacto principal del Seminario de Revitalización de Centros Históricos de ciudades de América Latina (SIRCHAL) en la región latinoamericana?

RS: La función principal de SIRCHAL ha sido, por un lado, lograr intercambiar y compartir metodologías y sobre todo experiencias de otros centros históricos; por otro lado, poner en contacto los diferentes actores de los centros implicados en el proceso de revitalización, que de otra forma hubieran seguido trabajando en forma aislada y con mucho menos impacto. También ha permitido llegar a definir programas consensuales y realistas, apropiados a cada circunstancia específica sin esperar una solución o un financiamiento externo. La participación de la sociedad civil y el financiamiento local han sido factores esenciales en la realización exitosa de los proyectos. Un compromiso entre los intereses del conjunto de los diferentes actores es otro factor clave.

¿Puede explicar con mayor detalle de algunos casos exitosos de la acción de SIRCHAL en América Latina?

La participación, junto a otros actores y facilitadores, en los procesos de revitalización, en particular en los casos de Quito, Salvador de Bahía, Santo Domingo, Puerto Plata, La Aduana de San José, Valparaíso, Oaxaca, Barranquilla, Cartagena, Brasilia y Barquisimeto. También la realización de talleres SIRCHAL de concertación en Montevideo, Tegucigalpa, San Ángel (México DF), Ciudad del Carmen, Veracruz, San Luis de Maranhao, Pirenópolis, Asunción, Barrio Yungay de Santiago de Chile, Santa Cruz de la Sierra, Barinas, Valencia, La Antigua Guatemala, Ciudad de Guatemala, Ciudad Bolívar, Arequipa, Paramaribo, Colon, Manizales, Asunción, Popayán. Lo más significativo ha sido la creación de una red de profesionales y actores ligados a los procesos de revitalización de centros históricos que continúa activa y en constante renovación desde 1998.

Quizás la satisfacción más grande es el continuo aprendizaje. No lo digo en forma pasada, ‘lo que he aprendido’, sino que cada día continúo aprendiendo y aumentando mi respeto por la dimensión local. Yo creo que el patrimonio edificado es parte del desarrollo durable y sustentable, el cual pasa en buena parte por el desarrollo local. El desarrollo local es clave, tanto como su apropiación por los actores locales.

La sociedad civil, único actor continuo en todos los procesos, asume roles más importantes que en el pasado: genera una auditoria social, pertenencia; resulta un interlocutor que sabe lo que necesita para mejorar la calidad de vida de los habitantes de los centros históricos, llegando a compromisos entre la conservación del patrimonio y la dinámica contemporánea de nuestras ciudades.

¿Cómo surgió y viene evolucionando el proyecto del Glosario SIRCHAL?

El Glosario SIRCHAL surge tras la necesidad de definir en varios idiomas ciertos conceptos técnicos. Su objetivo fue construir un vocabulario de referencia entre las diferentes culturas de los profesionales ligados a la revitalización de los centros históricos que incluya conceptos precisos y técnicos. La diversidad de estas culturas genera diferentes puntos de vista sobre un mismo concepto, y estos se van precisando y enriqueciendo a medida que se va intercambiando la información técnica. El Glosario permite tener diferentes interpretaciones de un mismo concepto, con el fin de que cada uno construya la definición más adecuada según el problema específico que está gestionando. El Glosario es, por lo tanto, en esencia evolutivo.

El Glosario se inicia en mayo de 1998 y su versión impresa cuatrilingüe es de 2003. Nuevas herramientas de comunicación se han desarrollado desde entonces, y creo que es el momento de enriquecerlo con el aporte e integración de nuevos conceptos y nuevos asociados.

¿Cuáles son los nuevos desafíos que afronta SIRCHAL en su compromiso con los centros históricos de América Latina?

SIRCHAL ha evolucionado durante 18 años de un proyecto de cooperación bilateral e internacional a una red de profesionales y actores implicados en el proceso de revitalización de los centros históricos.

Esta evolución se ha transformado de la voluntad de exportar un modelo francés a la creencia, hoy en día, de que los modelos son difíciles de exportar, pero sí pueden tomarse como referencia y de que lo más importante es construir un modelo específico que se adecúe a la dimensión local, incluyendo la inversión y participación de los actores locales en los procesos de revitalización.

Es decir, creemos en buscar la sustentabilidad para los procesos de revitalización de los centros históricos, y evaluar la factibilidad e implementación de las acciones prioritarias inmediatas (API) de los proyectos. La realización de las API en tiempos reales definidos a partir de un compromiso entre los tiempos políticos y técnicos puede integrar las diferentes visiones del patrimonio, desde la conservación clásica de un monumento hasta la necesidad de reconversión de un bien cultural cuyas funciones originales hoy han llegado a ser obsoletas, como crear un auditoria social mediante un proceso de participación del conjunto de los actores y las condiciones para captar la inversión local de los propietarios. El desafío no es fácil, pero es posible porque el valor del patrimonio cultural es único y, si este le pertenece a alguien, y ese alguien está consciente del aporte y valor que esto constituye, esa plusvalía que se agrega al patrimonio y su autenticidad lo convierten en un negocio noble y posible.

Finalmente, ¿cómo se ha relacionado con el medio académico y profesional del patrimonio arquitectónico y urbano del Perú?

Mi relación con el Perú se inició a través del Patronato de Lima, vía UNESCO y más específicamente el Sr. Hernán Crespo Toral. Más tarde, hubo varios encuentros con la Municipalidad Metropolitana de Lima, seguidos por una misión a consecuencia al incendio del barrio de Mesa Redonda, en pleno Centro Histórico de Lima. Siguieron luego varios contactos con profesionales y académicos de diferentes universidades, tanto en Lima como en Arequipa, Trujillo y Cusco.

Muchísimas gracias por su tiempo e interés y hasta la próxima...

Gracias también.


1. (DGP - Dirección general de los patrimonios / SP - Sectores protegidos / ZPPAUP - Área de Protección du Patrimonio Arquitectónico Urbano et Paisajístico / ABF- Architectes des Bâtiments de France / ACMH Architectes en chef des monuments historiques)