Llactas incas

carlos enrique guzmán garcía

Instituto de Investigaciones de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Artes - Universidad Nacional de Ingeniería, Lima, 2014.

Reseña de Inés del Águila Ríos

Esta publicación nos introduce al mundo de los incas a través de sus propias señas (llactas), que el autor describe magistralmente en el marco de dos ideas importante: el concepto ‘geografía sagrada’ y el concepto globalizador ‘cosmovisión andina’. Como el arquitecto Luís Cabello Ortega, decano FAUA-UNI, señala en la presentación del libro, la obra es el resultado de la investigación llevada a cabo en el año 2013 para la tesis de maestría en Planificación Urbana y Regional.

El libro está estructurado en cuatro capítulos, un acápite dedicado a las conclusiones, bibliografía y anexos.

El primer capítulo, “Introducción”, presenta las herramientas teóricas que ordenaron la estructura del texto. En esta parte desfilan ordenadamente las definiciones de conceptos teóricos que introducen al lector en la lógica del libro y lo conducen a tomar posesión de los conceptos ‘llactas incas’, ‘haciendas reales’, ‘veneración a animales’, etc., y a tomar atención especial a la teoría de diferentes autores sobre cosmovisión andina y geografía sagrada.

El capítulo II, “Acondicionamiento Territorial del Medio Natural. Canalización y Andenerías”, nos introduce a la planificación de las ciudades importantes de los incas, realizada en torno a importantes cerros tutelares, tomando en cuenta el abastecimiento de agua para beber y para la agricultura. Anota que, en ceja de selva, se hacía uso del agua de lluvia. Continúa el discurso de este capítulo con la descripción referenciada de canales y andenes en Ollantaytambo, Pisaq, Machu Picchu y Choquequirao.

En el capítulo III, “Llactas Incas y Apus”, conocemos una importante relación de apus o montañas sagradas que, como indica el autor, formaban una red de apus menores a apus mayores comunicados visual y territorialmente en un sistema escalonado. Considero importante leer con atención la relación sistematizada de llactas y sus apus respectivos, presentada en el ejemplo sobre las relaciones entre los apus Huayna Picchu y Macchu Picchu, entre Pisac y el apu Intihuatana, Choquequirao y el apu Ushnu, etc.

El autor señala acertadamente apus tutelares en otros sitios del Perú y América del Sur, (ver “Anexos”). Por ejemplo, en Arequipa, los nevados de Ampato, donde se han encontrado entierros incas sacrificados en el ritual de la Capacocha, igual que en Argentina y en Chile. El autor se toma en cuenta la propuesta de Reinhard sobre la posibilidad del funcionamiento de un sistema de montañas comunicadas, y concluye lo siguiente: “nosotros planteamos más bien, que los establecimientos incas formaban el inicio de una cadena de sitios que se iban comunicando visualmente en dirección ascendente hacia los apus mayores” (p. 87).

El capítulo IV, titulado “Diseño Figurativo en el Planeamiento de las Llactas Incas”, es un regalo a la imaginación, y al entendimiento y cierre del objetivo principal del libro. Señala el autor que el capítulo tratará sobre la particular forma en que los incas incorporaban sus asentamientos a la geografía sagrada, y reproducían figurativamente animales y otras formas veneradas, por ejemplo el puma venerado en el Cusco, que definió el asentamiento de la ciudad. Afirma y va demostrando el autor que el diseño figurativo es un tema andino y presenta una lista interesante que representan felinos, especialmente el puma en diferentes posiciones (de perfil, o en reposo, como es el caso de las salineras de Maras). La lectura de camélidos diseñados en los cerros naturales o apus representan a llamas y alpacas; estas pueden observarse en Pisac y Chinchero principalmente. Continúa el relato de diseños figurativos con un desfile impresionante de cóndores, picaflores, colibrís, probablemente gaviotas, gallitos de las rocas, perdices y pavas. Finaliza la representación de animales con el diseño figurativo del caracol en el apu Mayuorco, tal como su nombre indica, el cerro del caracol. Asimismo, se añade la lectura de objetos; descubre figuras de tumis en Tumibamba, y terrazas y andenes que representan tejidos.

Culmina con la lectura de andenes con formas de rostro comparables a los que se observan en los diseños alfareros de los incas. En el caso de Moray, sobresalen cabeza, ojos y vientre abultado que sugieren representaciones de personajes femeninos.

Las “Conclusiones”, como su nombre indica, resaltan las ideas importantes derivadas de la investigación, las cuales sin duda darán lugar a posteriores estudios y reflexiones, e incrementarán el conocimiento sobre la cultura de los incas y, en general, de la cultura andina. Las conclusiones, junto con los anexos, forman una unidad que permite entender mejor el sistema de administración estatal inca que se infiere de la lectura del libro.

Es importante y pertinente el llamado a aprender del patrimonio heredado que está presente en esta publicación, donde se afirma que existe una forma de planeamiento inca que se enfrentaba a problemas reales combinando lo práctico con las expectativas del imaginario de la gente mediante soluciones nativas, como la construcción de andenes y terrazas, reforestaciones y un manejo del agua que impulsó el desarrollo sostenible de la sociedad de entonces. En la actualidad debemos tener en cuenta estos ejemplos frente a los problemas generados por el cambio climático, como señala el autor. Finalmente, cabe destacar una afiatado manejo bibliográfico en las citas y en la selección de las mismas, y en el aporte de la discusión académica cuando resultó necesaria. Insistimos en la importancia de las imágenes y su tratamiento pedagógico para documentar las ideas propuestas.