La restauración integral de la casona Velarde Álvarez y su adecuación como centro cultural de la Universidad Nacional de San Cristóbal de Huamanga
ruby Bustamante y juan De la Serna
Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo – Universidad Nacional de San Cristóbal de Huamanga, 2012.
Reseña de José Hayakawa Casas
Hablar de este libro invoca referirse indefectiblemente al ya emblemático Programa Patrimonio para el Desarrollo de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), el cual tiene como objetivo el contribuir al desarrollo y a la lucha contra la pobreza a través de la conservación, puesta en valor, gestión y uso sostenible del patrimonio cultural. Su labor en Iberoamérica ha sido muy fecunda: se expresa en la elaboración de más de 60 planes de revitalización de áreas y centros históricos –y en la mayoría de los casos dicha actividad ha ido acompañada de la creación de la correspondiente Oficina Técnica de Gestión y Planificación-, la ejecución de más de un millar de intervenciones de conservación y puesta en valor del patrimonio edificado, y la puesta en marcha de más de 50 escuelas taller.
Este libro, escrito ‘a dos manos’, contextualiza la actuación restaurativa en el marco del inicio del Plan de Rehabilitación Integral de Centro Histórico de Huamanga, promovido por la Municipalidad Provincial de Huamanga y la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, a partir de la iniciativa de la Universidad Nacional de San Cristóbal de Huamanga, la cual propuso a AECID participar en la recuperación de dicho inmueble.
En la introducción se pone en valor el gran esfuerzo que requirió emprender y materializar este proceso de recuperación, especialmente debido a que sigue un modelo gestionario basado en la cooperación interinstitucional. Asimismo, destaca la calidad y rigor de cada una de las cinco secciones que componen la publicación.
El primer apartado está vinculado al “Contexto histórico”; en él se profundiza en las raíces andinas de Huamanga, particularmente en lo concerniente al pasado prehispánico de Ayacucho, prestando especial atención al proceso que inicia en el Intermedio Temprano (warpa), pasa por el importante desarrollo del Horizonte Medio (wari) y la transición del Intermedio Tardío (chanka), y culmina con la aparición del Horizonte Tardío (inka). Asimismo, en esta sección se profundiza en el acontecimiento trascendental de su fundación española de manos del mismo Francisco Pizarro el 29 de enero de 1539, quien la bautizó como San Juan de la Frontera de Guamanga. También en esta parte se complementa el proceso de construcción de la ciudad, el cual pasa de tener un carácter eminentemente defensivo y militar, destinado a contener a los inkas de la zona de selva (Vilcabamba y el valle de San Miguel), a estar orientado a proteger a los viajeros de la ruta Lima-Jauja-Cusco. Finalmente, se remata esta sección con un breve estudio acerca de los tipos de vivienda virreinal, centrado en lo que los autores denominan ‘casona señorial huamanguina’.
La segunda sección está dedicada específicamente al estudio una de esas casas señoriales en particular: la casona Velarde-Álvarez. En este capítulo abundan los detalles acerca de sus orígenes y su evolución histórica, los cuales se soportan en la pesquisa de los historiadores Nelson Pereyra y Fernando López, la cual facilitó valiosa información que permitió no solo una mejor comprensión de las etapas constructivas y sus transformaciones, sino realizar un proceso de intervención consciente y meditado. La posterior descripción arquitectónica de esta casa-patio de dos niveles se basa en la premisa de una inicial referencia a la tratadística de la arquitectura y el urbanismo europeos, y al accionar de los maestros alarifes y sus respectivos discípulos indígenas, mestizos y mulatos. Dicha arquitectura se enriqueció con las técnicas preexistentes adaptadas al medio, lo cual generó finalmente una nueva arquitectura de carácter mestizo. Las características constructivas se detallan siguiendo un guion estructurado con lógica técnica: cimientos de piedra unidas con mortero de barro; muros de piedra, adobe, quincha, ladrillo o piedra labrada; columnas y pilares de sillar, madera o adobe; entrepisos conformados por viguetas de madera, techos con estructura de tijerales y sobrepares de madera, y cielorraso plano de estera tejida con recubrimiento de yeso; arcos de descarga de piedra; arquería de piedra; acabados de construcción e instalaciones.
La tercera sección detalla los “Estudios previos”, tales como un estudio arqueológico desarrollado en 2012 por la Lic. Marta Cabrera y el Mag. José Ochatoma, aprobado por el Instituto Nacional de Cultura; y el estudio detallado y sistemático de lesiones y daños constructivos elaborado utilizando fichas diseñadas ad-hoc para este fin.
La cuarta parte desarrolla propiamente la intervención propuesta, definiendo con claridad los criterios de intervención (multidisciplinariedad: respeto tipológico, respeto a la doctrina de la restauración, evitar el falso histórico, evitar la acción agresiva e irreversible, conservación de los materiales y técnicas constructivas originales, documentación detallada de la intervención, inserción de obra nueva), los criterios de diseño, el desarrollo mismo del proyecto (plan de intervención integral: intervención de emergencia, restauración, obra nueva) y el proceso de obra con el cual se culmina el proceso de actuación.
Cabe destacar los aportes relacionados a “El uso como centro Cultural”, quinta sección, elaborada sobre la base de la propuesta de revitalización del centro histórico -cuyo punto de inflexión para resarcir el abandono y el deterioro generalizado tuvo lugar en 2006, con la creación e inicio de funciones de la Subgerencia del Centro Histórico de Huamanga como dependencia municipal específica- y el uso del Centro Cultural de la Universidad Nacional de San Cristóbal de Huamanga, espacio estratégico de recuperación urbana y exitoso formato gestionario que ha permitido la sostenibilidad de la intervención.