devenir Vol. 11, N°21, enero - junio 2024, pp. 33-48 - Estudios ISSN 2312-7562 e-ISSN 2616-4949

Universidad Nacional de Ingeniería, Lima

doi: https://doi.org/10.21754/devenir.v10i19.1353

Entre peregrinos y turistas. El caso del campo de Batalla Alto de la Alianza de la Guerra del Pacífico (1880)*

Between pilgrims and tourists. The case of the Alto de la Alianza Battlefield of the War of the Pacific (1880).

https://orcid.org/0000-0001-5409-956

m.vega.centeno@iqtura.org

Centro de Formación en Turismo (Perú)

Milena Vega-Centeno Alzamora(**)

Fecha de recepción: 1 de mayo de 2023

Fecha de aprobación: 18 de setiembre de 2023

RESUMEN

La batalla del Alto de la Alianza o Campo de la Alianza (1880) fue un evento histórico crucial en el desarrollo de la campaña de Tacna y Arica, así como un factor decisivo en el desenlace de la Guerra del Pacífico (1879-1883). Esta investigación explora el desarrollo de la actividad turística en este campo de batalla, así como también evalúa los componentes del escenario, el rol del patrimonio histórico, la transformación del paisaje bélico a lo largo de los años y aspectos de la conmemoración. Particularidades que, en conjunto, muestran un diálogo con la memoria histórica y la herencia bélica tangible e intangible de este conflicto decimonónico para la ciudad de Tacna, convirtiéndolo en un espacio patrimonial y de reflexión sobre el impacto que genera la guerra y sus trágicas consecuencias para la sociedad. La metodología de estudio es descriptiva, de tipo exploratorio, del cual se evidencia que en las visitas que se efectúan en este campo de batalla también existe un componente de peregrinaje con una fuerte connotación simbólica, cultural y educativa para la población tacneña, que a través de la conmemoración anual refuerza su identidad local.

PALABRAS CLAVE

Turismo de campo de batalla; Batalla Alto de la Alianza; Guerra del Pacífico

ABSTRACT

The battle of Alto de la Alianza or Campo de la Alianza (1880) is a crucial historical event in the development of the Tacna and Arica campaign, as well as a decisive factor in the outcome of the War of the Pacific (1879-1883). This research explores the development of tourist activity in this battlefield, as well as evaluates the components of the scenario, the role of historical heritage, the transformation of the war landscape over the years and aspects of the commemoration. Particularities that together show a dialogue with the historical memory and the tangible and intangible war heritage of this nineteenth-century conflict for the city of Tacna, turning it into a patrimonial space and reflection on the impact generated by war and its tragic consequences for society. The study methodology is descriptive, of an exploratory type, which shows that in the visits that take place in this battlefield there is also a pilgrimage component with a strong symbolic, cultural, and educational connotation for the population of Tacna through the commemoration annual reinforces its local identity.

KEYWORDS

Battlefield tourism; Pacific War; battle Alto de la Alianza

(*) Este estudio surge el año 2022 y fue auspiciado por el Centro de Formación en Turismo (Cenfotur) con el objetivo de explorar el desarrollo del turismo del campo de batalla en la ciudad de Tacna.

(**) Docente de investigación en el Centro de Formación Turística, licenciada en Arqueología con especialización en Arqueología del Conflicto y de Campos de Batalla Históricos, magíster en Administración y Gestión Pública con énfasis en Defensa Nacional del Centro de Altos Estudios Nacionales, máster en Historia Militar de las Guerras Contemporáneas Universidad Jaume I, e investigadora asociada en Solidaritas Perú

Introducción

En la actualidad, el turismo de campo de batalla o de guerra corresponde a una forma moderna de hacer turismo, inclusive es considerado un subgénero del turismo oscuro1, y aunque no es un fenómeno nuevo, este se hizo más extensivo desde la Primera Guerra Mundial (Smith, 1998; Seaton, 1999, 2009; Saunders, 2003; Holguín, 2005; Baldwin, y Sharpley 2009; Lauwers, 2011)2. Por un lado, la premisa fundamental sobre los campos de batalla históricos es que representan espacios patrimoniales, con cementerios de guerra, museos, memoriales y monumentos conmemorativos que, por su naturaleza, atraen a gran número de visitantes que concurren al sitio por interés histórico, viajes pedagógicos3 , visitas recreativas y, en muchos casos, con peregrinajes por parte de parientes al escenario bélico convirtiéndose en “paisajes conmemorativos” (Baldwin y Sharpley 2009; Miles, 2016). Entonces, muchos de estos paisajes bélicos se transformaron en “lugares sagrados”; el factor emocional es clave en la percepción de los visitantes (Quezada, 2008; Saunders, 2003; Peloche y Blanco, 2020), lo que manifiesta que es factible el desarrollo turístico responsable, así como una adecuada gestión y conservación del patrimonio como un medio para la comprensión y preservación del sitio (Moral-Moral, 2017; Hernández, 2011; Sutherland y Holst, 2005). Además, representa un medio eficaz para el fomento de la cultura de la paz, ética y civilidad. Por otro lado, estos escenarios también sirvieron en los procesos de legitimación estatal y politización del pasado, y ayudaron a consolidar y fortalecer las identidades nacionales (Holguín, 2005).

Existe una dicotomía en cuanto a los enunciados sobre el turismo de campo de batalla, el cual se concentra más en el lugar del evento bélico; en cambio, el turismo de guerra involucra una categoría más amplia que el paisaje bélico y está relacionado con diversos sitios históricos afines al conflicto armado. Asimismo, el turismo bélico4 y el turismo militar básicamente se centran en la tecnología e historia militar. Todas estas actividades incorporan visitas a museos o colecciones particulares, cementerios de guerra, monumentos, infraestructuras como cuarteles, campamentos o fortificaciones, y otros componentes. Entre los casos más destacados de gestión del patrimonio están Gran Bretaña5, con la puesta en valor de estos escenarios que llevó al organismo English Heritage a desarrollar programas de gestión e inventarios del patrimonio, y Estados Unidos con la conversión de los campos de batalla en parques arqueológicos, como Gettysburg, y grandes monumentos históricos (Quezada, 2008).

En la actualidad, el turismo de campo de batalla se ha ido incrementando a nivel nacional, por su contexto arqueológico y su breve ocupación; son escenarios precarios que requieren de programas de protección y puesta en valor de este tipo de sitios culturales. Entre los casos más emblemáticos contamos con escenarios de la Guerra de Independencia, como el Santuario Histórico de Ayacucho (1824) y la Guerra del Pacífico con el campo de batalla del Alto de la Alianza en Tacna (1880), que es el objeto de la presente investigación.

En el contexto histórico, esta cruenta batalla de la Guerra del Pacífico o Guerra con Chile (1879 al 1883) se llevó a cabo en el marco de la Campaña de Tacna y Arica. En la mañana del 26 de mayo de 18806 , más de 20,000 combatientes se enfrentaron en la extensa meseta ubicada a 8 km al norte de Tacna. En el caso del ejército aliado del Perú y Bolivia al mando del general boliviano Narciso Campero, contaba con más de 9,000 combatientes, en el marco del desarrollo de las guerras modernas con armas de diversos tipos mayormente obsoletas, escasa artillería y una deficiente caballería. El ejército invasor, comandado por el general chileno Baquedano, presentaba una tropa más numerosa que la de los aliados (se estima que sobrepasaba los 12,000 combatientes)7, mejor entrenada, equipada y armada. Con la victoria de este ejército se desarrollaría una extensa ocupación en Tacna por casi 50 años, etapa histórica que la población tacneña denomina como “el cautiverio”. Además, la historia militar señala que es una de las batallas cruciales, la más sangrienta y cruenta del siglo XIX, debido a que murieron aproximadamente más de 3,000 combatientes, los cuales, en su gran mayoría, fueron sepultados en el mismo escenario de la contienda (Vega-Centeno, 2020b).

Desde sus orígenes, este extenso paisaje desértico testigo de una de las batallas más significativas de la guerra concitó mucho interés de los visitantes (al igual que otros sitios bélicos de la Guerra del Pacífico8). No obstante, a diferencia de otros escenarios, este campo de batalla se convirtió en un lugar de peregrinaje y conmemoración, generando un fuerte vínculo con la memoria histórica local; por tanto, tiene un rol patrimonial importante para la población tacneña, la cual mantiene el recuerdo de esa etapa aciaga de la guerra, la larga ocupación chilena, la pérdida de Arica, la tenaz resistencia de la población y sus épicas guerrillas locales, y por ende, es un sitio de gran significado histórico para las tres naciones en contienda.

En este contexto, el propósito de este trabajo es efectuar algunas reflexiones en torno al desarrollo del turismo en el campo de batalla Alto de la Alianza, haciendo una distinción entre la dicotomía entre turistas y peregrinos9. Estos últimos realizan una romería anual al camposanto y un homenaje a los caídos en batalla. Además, el transcurso de los años y el abandono del camposanto en la cripta chilena, en el cerro Intiorko en 1978, y la inauguración del nuevo monumento en el campo de batalla, en 1979, ocasionaron una transformación de este escenario bélico, convirtiéndolo en un lugar sacro con un fuerte componente simbólico y emocional para la población local y los visitantes de nacionalidad boliviana.

En consecuencia, uno de los problemas de investigación radica en la falta de datos sistemáticos sobre la cantidad diaria de turistas que visitan el sitio y el poco interés del municipio provincial en conservar y promover el turismo en este escenario, por lo que toda la responsabilidad recae en la población, las asociaciones civiles y la Dirección Desconcentrada de Cultura de Tacna. En este sentido, si tomamos la premisa planteada por Quezada de que los campos de batalla son un yacimiento arqueológico, entonces son sitios con valor patrimonial susceptibles de ser objeto de proyectos de puesta en valor, investigación y fomento del turismo cultural (2008). Por lo tanto, se debe impulsar, a través de la revalorización de este patrimonio militar10, el conocimiento real del conflicto desde sus orígenes (lejos de los intereses nacionalistas), un diálogo crítico con el pasado, la conciliación con la memoria histórica y el fomento de la cultura de la paz. Además, el desarrollo sostenible de este tipo de turismo permitiría proteger este escenario del saqueo indiscriminado por parte de los coleccionistas de reliquias de la guerra. En este sentido, nuestro interés se basa en definir ¿cuáles son los principales componentes patrimoniales del campo de batalla Alto de la Alianza y el desarrollo del turismo en este escenario bélico? El objetivo central del estudio es definir los principales elementos de este paisaje bélico, el desarrollo de la actividad turística, así como el rol de la conmemoración histórica del sitio (ver Figura 1).

Metodología

El propósito de este trabajo fue estudiar empíricamente el desarrollo del turismo en el campo de batalla Alto de la Alianza en Tacna, así como las características y componentes del escenario bélico. Con la finalidad de profundizar el análisis y de acuerdo con el cronograma de trabajo, se adoptó como metodología de investigación el método de estudio descriptivo, tipo exploratorio y las técnicas aplicadas fueron las de indagación documental, observación de campo y entrevistas no estructuradas (Vargas, 2011). En este sentido, una vez realizada la revisión de la información histórica y fuentes documentales, el método de acopio de evidencia se efectuó mediante una serie de visitas al campo de batalla, observación participante en las ceremonias conmemorativas, testimonios y entrevistas no estructuradas cuyo objetivo fue recabar datos. El análisis de esta información permitió entender la configuración espacial del sitio y su transformación del paisaje bélico a través de los años desde 1880, hasta la construcción de la cripta chilena en el aledaño cerro Intiorko en el año 1901 y el actual monumento conmemorativo de 1974. Para lograr los objetivos de trabajo, se contó con la valiosa colaboración de la Asociación Benemérita Sociedad de Auxilios Mutuos de Señoras de Tacna y de la Sociedad de Artesanos de Auxilios Mutuos El Porvenir de Tacna, fundada en 1873 (institución que en el año 1870 participó en la batalla con dos batallones de artesanos), y la Dirección Desconcentrada de Cultura de Tacna.

Resultados

A pesar de la escasa información cualitativa y de datos cuantitativos sobre el análisis de la demanda turística en la ciudad de Tacna, los sitios con mayor afluencia de visitantes son el museo y sitio arqueológico con petroglifos en Micuya y el monumento del campo de batalla del Alto de la Alianza11 por su proximidad a la ciudad de Tacna. Del mismo modo, cabe mencionar que el departamento de Tacna también cuenta con visitas de turistas al Museo Histórico, el Teatro Municipal, la casa Basadre (recientemente restaurada), la catedral, el Arco Parabólico, el Ferrocarril Tacna-Arica, la Casa Zela, Museo de Sitio Las Peañas y, un poco más alejado, el Balneario Boca del Río, Tarata y Candarave, entre otros destinos. En el caso del distrito Alto de la Alianza, una de las actividades efectuadas en Semana Santa es el peregrinaje al cerro Intiorko (Instituto Nacional de Estadística e Informática [INEI], 2017, p. 373)12. No obstante, esta se trata de una festividad religiosa o patronal y no tiene relación alguna con la batalla de Intiorko de 1842. Por consiguiente, otro factor que conlleva a confusión sobre el escenario del campo de batalla Alto de la Alianza es que con frecuencia se confunde este escenario bélico con la batalla del Intiorko, que corresponde al proceso de las guerras civiles peruanas, que se llevó a cabo en las laderas de este cerro13, el 22 de setiembre de 1842, entre las improvisadas unidades de la Guardia Nacional de Tacna, al mando del general Ramón Castilla, contra el general Antonio Gutiérrez de la Fuente (Cavagnaro, 2002, 2018). Justamente por la posición estratégica, en la cima de este cerro durante la ocupación chilena el año 1901, fue construido un pequeño monumento conmemorativo metálico en forma de pirámide. Y en las inmediaciones de esta cripta denominada como “pirámide mortuoria” se efectuaba la celebración anual de conmemoración de la batalla de 1880 (Jiménez, 2021). Entonces, por más de 80 años las ceremonias conmemorativas cívico-militares de la batalla Alto de la Alianza se llevaron a cabo en esta zona. De alguna forma, en el imaginario popular se confundió el contexto histórico estas dos batallas y estos dos escenarios fueron asociados a la Guerra del Pacífico14 (ver Figura 2).

Los componentes del campo de batalla Alto de la Alianza

El campo de batalla Alto de la Alianza se encuentra localizado a unos 5 km al noroeste de la ciudad de Tacna (y a 5 km tomando como referencia la Plaza de Armas) y a una distancia de 4 km al sureste del cerro Intiorko. Se trata de un gran recurso paisajístico, con vestigios materiales, algunas tumbas visibles y restos de pertrechos militares de la guerra diseminados por toda la extensa meseta. Además, uno de los componentes más destacados por su volumetría y valor como patrimonio edificado es un imponente monumento conmemorativo construido en recuerdo de los caídos civiles y militares en la batalla. Aunque el 2018, el sitio fue delimitado y declarado por el Ministerio de Cultura como patrimonio nacional15, con un polígono de protección que comprende más de 4,776 ha16, y representa uno de los sitios con mayor afluencia y potencial turístico para la ciudad de Tacna; no cuenta con un plan estratégico para la puesta en valor, programa de protección, señalización y promoción como destino turístico. Desde que fue declarado sitio de batalla por el Ministerio de Cultura17, este escenario se encuentra abandonado por las autoridades municipales encargadas de la gestión cultural del sitio, siendo únicamente la excepción durante las celebraciones conmemorativas de la batalla con el desarrollo de diversas actividades durante la semana de aniversario, para luego caer en el olvido. No obstante, se trata de un sitio con un fuerte componente patrimonial bélico y con un gran valor simbólico para la población local y nacional. Asimismo, en la actualidad este campo de batalla presenta componentes patrimoniales que describiremos a continuación y corresponden a lo siguiente: (a) el extenso entorno geográfico que alberga el escenario del campo de batalla, (b) el Complejo Monumental Alto de la Alianza, (c) el camposanto conmemorativo y algunas tumbas dispersas, (d) las inscripciones conmemorativas modernas, (e) la traza antigua de caminos prehispánicos o Qhapaq Ñan y, finalmente, algunos elementos intrusivos modernos (ver Figura 3).

El entorno geográfico y el paisaje bélico

Hacia el este de la carretera Panamericana y colindando con las laderas de la Quebrada del Diablo entre los 684 y 771 m s. n. m., se extiende una amplia meseta o llanura del desierto aluvial costero que va más allá de la quebrada Molles, caracterizado por presentar un paisaje de planicies con relieve moderadamente inclinado, pequeñas colinas con ligeras ondulaciones, y quebradas no muy profundas que van paralelas al valle de Tacna y que a su vez forman parte del extenso valle de Caplina18. Este paisaje árido y de clima seco es un hábitat importante de diversas especies y de vegetación xerofítica típica del desierto y vegetación de tillandsias19. Este conjunto de características geográficas demarca el campamento aliado o el campo de la alianza propiamente dicho y el campo de batalla Alto de la Alianza, el cual abarca en un área aproximada de 4,776 ha y está delimitada de la siguiente manera: por el norte, la Quebrada Honda y la carretera Panamericana; al este, la carretera Panamericana y la Quebrada del Diablo; por el oeste, las quebradas y cerrillos de Molles y Magollo, y finalmente, por el sur, la zona de las canteras y el cerro Intiorko20.

En la actualidad, si bien es difícil estimar el área exacta que abarcó todo el movimiento de todas tropas durante la batalla; sin embargo, tenemos una estimación de la extensión de la línea de despliegue del Ejército Aliado (boliviano y peruano) que se prolonga al inicio de la batalla por casi aproximadamente 3 km, partiendo desde el monumento conmemorativo y alargándose la línea de batalla hacia la quebrada Magollo. No obstante, esta línea de defensa fue alargándose más a medida que progresaba la batalla y se desarrollaba las diferentes fases de la contienda extendiendo el área de enfrentamiento hasta la quebrada Molles y áreas colindantes con la Quebrada del Diablo. Adicionalmente, este escenario presenta subproductos del evento como las evidencias de la cultura material producto de la acción bélica, fosas comunes y estructuras pasajeras como trincheras, restos de algunas fortificaciones para locación de baterías y desechos de diverso tipo (Vega-Centeno, 2018, 2020a; Escarcena, 2021). Finalmente, es de suma importancia considerar esta configuración espacial de este escenario bélico, así como su colindancia con la ciudad de Tacna y el significado cultural y simbólico que encierra el sitio, ya que, con el pasar de los años, la población tacneña ha convivido con este paisaje de conflicto, lo que influyó considerablemente en sus actividades socioculturales hasta el presente y forma parte inherente de su memoria colectiva21 (ver Figura 4).

El Complejo Monumental del Alto de la Alianza

Originalmente las celebraciones del aniversario de la batalla se realizaban en la antigua Cripta de los Héroes que se hallaba en el cerro Intiorko. Se trataba de una pequeña cripta metálica construida durante la ocupación chilena de Tacna. Posteriormente, en 1979, a raíz del centenario de la batalla, la Comisión Nacional del Centenario de la Guerra del Pacífico22 decidió trasladar el lugar de las ceremonias más hacia el oeste, es decir al área del evento bélico de 1880, y fue así como el 5 de abril de 1980 se inició la construcción de este complejo monumental (Cornejo, 2012). Este conjunto de estructuras23 fueron diseñadas por los arquitectos Jorge Espinoza Cáceres y Julio Enrique Vargas Giles, y cuenta con ocho bellas esculturas de creación del escultor Holger Carpio Dextre. Destaca, además, por sus cinco columnas construidas en forma de espiral con un conjunto de placas conmemorativas, las cuales representan la historia de Tacna y su heroísmo24 . Fue inaugurada el 26 de mayo de 1982 durante el gobierno de Francisco Morales Bermúdez, con la denominación de Complejo Monumental Alto de la Alianza, en homenaje a los combatientes que cayeron en este enfrentamiento.

Asimismo, al interior del monumento existe un museo de sitio, que más que un museo propiamente dicho es una sala de exposición de planta circular. Las piezas exhibidas proceden, en su gran mayoría, de los materiales hallados durante la etapa de la construcción del monumento y piezas requisadas a los buscadores de reliquias. En las vitrinas se exponen materiales diversos de la guerra, así como uniformes, armas, municiones (Peabody, Remington, Comblain, entre otros), fragmentos de vajilla y restos de vituallas que evocan el tema de la logística y la alimentación de la tropa durante la guerra, restos humanos de un soldado boliviano y de una rabona, y una maqueta con un esquema de la batalla. Adicionalmente, cuenta con una variada colección de artillería pesada moderna que se encuentra en la parte externa del museo. En la exhibición no hay un guion museográfico específico, y a diferencia del Museo Histórico y de Armas del Morro de Arica, ni de glorificación hacia el ejército o la guerra, ni como un lugar de culto a los caídos en combate, más bien intenta ser didáctico mostrando las duras facetas de la guerra y de esta batalla (ver Figura5).

El camposanto conmemorativo

En el territorio peruano existen diversos campos de batalla tanto de la Guerra de Independencia como de la Guerra del Pacífico; en ambos casos son escenarios identificados, delimitados y con monumentos conmemorativos; no obstante, el campo de batalla Alto de la Alianza es el único caso que conocemos que cuenta con un camposanto (Vega-Centeno, 2022). Este se encuentra ubicado aproximadamente a medio kilómetro al noreste del monumento conmemorativo; fue organizado en el lugar del enfrentamiento del ala izquierda chilena y de la vanguardia del ala derecha aliada. Corresponde a un espacio simbólico, ya que cuenta con 700 cruces blancas a manera de cenotafios que representan a todos los batallones aliados que participaron en la contienda. Este espacio abarca un área de 1.2 ha. Corona la parte central del camposanto una gran cruz de mármol conocida como la cruz del 26 de mayo, con un emblemático mensaje de autoría de los historiadores Jorge Basadre Grohmann y José Jiménez Borja en homenaje a los combatientes de la batalla. Hacia el norte de la cruz existe una pequeña fosa común hallada y reutilizada durante la construcción del monumento. También se menciona que existen tres restos humanos enterrados en los peldaños de la cruz de mármol (M. Velásquez, comunicación personal, 15 de abril de 2022). Asimismo, existen algunas tumbas aisladas y dispersas por la extensa pampa que se van deteriorando con el trascurso del tiempo. Este sitio es frecuentemente visitado por turistas, escolares y peregrinos, por lo que su valor histórico y cultural es de gran importancia para el fomento de la cultura de la paz y reflexión sobre la guerra (ver Figura 6).

La traza antigua de caminos prehispánicos

Adicionalmente, por el campo de batalla cruzaban dos caminos antiguos de traza prehispánica reutilizados durante la colonia como caminos reales que unían Tacna con otros centros poblados de la región. Uno de estos caminos de herradura se dirigía desde Tacna hasta el poblado de Sama y tenía un ancho de vía de 3 a 7 metros, a su vez contaba con dos bifurcaciones que van hacia el Santuario de Locumba e Ilabaya. El otro camino conducía a la desaparecida hacienda de Para. Ambos son un testimonio del importante rol para la movilidad de las tropas, el transporte de equipos y el traslado de heridos después de la contienda. Lamentablemente, en los últimos años se abrieron nuevas trochas y se construyeron algunos elementos intrusivos al campo de batalla, principalmente por desconocimiento del área real del evento bélico. Estos se encuentran hacia el este del paisaje bélico y corresponden a la subestación eléctrica Los Héroes, una planta solar fotovoltaica Tacna Solar y hacia el sureste antenas de alta tensión.

Inscripciones conmemorativas modernas

Hace algunos años, con la finalidad de entender la dinámica de la batalla y proporcionar mayor visibilidad a la ubicación de las tropas, se colocaron simbólicamente los apellidos de los generales del ejército aliado (Camacho, Montero, Castro). Estas no corresponden a la ubicación real de las divisiones aliadas, fueron colocadas por el personal del ejército y asociaciones cívico-patriotas, para lo cual efectuaron pequeñas zanjas y colocaron bolsas de arena, con el trascurso de los años las tillandsias dieron mayor visibilidad a estos epígrafes en la arena (ver Figura 7).

El espacio conmemorativo y la sacralización del campo de batalla25

Muchos campos de batalla son lugares de peregrinación para miles de personas, especialmente durante las ceremonias conmemorativas26; por tanto, existe una interrelación entre el paisaje bélico, la conmemoración y el valor simbólico, llegando en algunos casos a transformarse en lugares sacros o, según Saunders, son “paisajes de sacrifico” (2003), es decir existe una combinación de factores emocionales, memoriales, patrimoniales, éticos, turísticos, educativos e identitarios. En el caso de la Guerra del Pacífico, fue un conflicto que alteró de forma dramática no solo las fronteras de los tres países, sino también su memoria colectiva (Sater, 2007; Mc Evoy, 2011), que se retroalimenta con las ceremonias conmemorativas y, de acuerdo con Zamorano, las guerras “no concluyen sólo en los campos de batalla o en los círculos diplomáticos, sino que se recrean constantemente en los imaginarios sociales surgidos durante y especialmente después de las hostilidades” (2013, p. 16). En este contexto, el caso de la batalla del Alto de la Alianza fue uno de los enfrentamientos más decisivos de la guerra y está ligado a la pérdida de la provincia de Arica; por tanto, para la población de Tacna la guerra no terminó con esta batalla, sino que persistió por años, mediante las guerrillas locales y la tenaz resistencia a la ocupación por tropas invasoras chilenas durante 50 años, etapa conocida como “las cautivas” o el “cautiverio de Tacna”27.

La conmemoración de esta batalla es una fecha clave en el currículum escolar. Anualmente, la Dirección Regional de Educación de Tacna emite la directiva para la participación de los centros educativos. La romería a veces se inicia con el pernocte el día anterior en el campo de batalla y participan activamente la Columna de Agricultores de Para, la Columna Futuro, el colegio Letania Rejas de Castañón del centro poblado de Para, estudiantes de los colegios nacionales, artesanos y asociaciones cívico-patrióticas como la Sociedad de Artesanos El Provenir (I. Cafferata, comunicación personal, 26 de mayo de 2022).

Entonces, para los tacneños, este campo de batalla no solo evoca el evento bélico, la pérdida de familiares y amigos, sino que también hay una remembranza a la etapa aciaga que vivieron durante la guerra. La memoria histórica se entreteje con la herencia bélica y el escenario de la batalla se transformó en un lugar de peregrinación que anualmente concita que cientos de visitantes salgan de sus hogares y se dirijan caminando al sitio con motivo de la conmemoración de la batalla. Este peregrinaje se llevó a cabo así por décadas hasta el 2020 con una alta participación de los jóvenes escolares; cada año participaban activamente en la romería entre los días 25 y 26 por parte de la Columna Para y otras instituciones educativas, rememorando la participación de los artesanos y la población tacneña en la batalla. Entonces, este escenario bélico se torna en un elemento de fomento de la identidad histórica regional entrelazado con factores emocionales y memoria histórica (ver Figura 8).

Consideraciones finales

A diferencia de otros destinos turísticos a nivel nacional, el segundo lugar más visitado en Tacna y con un gran potencial turístico es el campo de batalla Alto de la Alianza. Es uno de los sitios de obligada referencia para los viajeros que arriban a la ciudad (aunque también existe un segmento de los visitantes que tienen un inusitado interés en la guerra y una obsesión por la colección de reliquias). Este escenario bélico cuenta con una serie de componentes patrimoniales únicos, como el entorno paisajístico desértico con especies endémicas de tillandsias, el paisaje bélico, restos materiales de la contienda, el complejo monumental, el camposanto y las ceremonias de conmemoración, que en conjunto muestran un diálogo con la memoria histórica y la herencia bélica tangible e intangible de este conflicto decimonónico, convirtiéndolo en un espacio patrimonial, de reflexión sobre el impacto que generan las guerras y sus consecuencias, además del valor como componente educativo y de trasmisión de valores cívico-patrióticos.

En relación con el turismo y la romería, han transcurrido cuatro generaciones desde la guerra y las celebraciones de conmemoración de la batalla cada año atraen a más peregrinos que tienen vínculos con su memoria histórica, identidad local y educación, con un fuerte componente emocional. A pesar de que el mantenimiento del sitio recae sobre la Municipalidad Provincial de Tacna, se requiere que haya un convenio con otras instituciones ligadas al patrimonio histórico militar para preservar el patrimonio cultural, así como desarrollar políticas públicas que permitan fomentar herramientas de desarrollo para la revalorización de estos escenarios de conflicto. Además, es necesario que el museo de sitio sea reformado incorporando nuevas estrategias museológicas que permitan entender la guerra en su real dimensión y se muestre esta batalla desde una visión crítica de la historia; también debe ilustrar los puntos de vista de ambas facciones, con una evidencia fáctica y pedagógica del evento, fomentando a su vez la cultura de paz. Más que un museo nacional, debe mostrar los daños colaterales que trajo esta guerra para Tacna. Asimismo, a futuro es necesario que se efectúe un proyecto de puesta en valor del escenario a fin de crear un recorrido sostenible del sitio; es decir, se debe musealizar el campo de batalla resaltando temas como el paisaje militar, la tecnología bélica decimonónica, los aspectos económicos y culturales del conflicto, aspectos humanos, el desempeño de los actores subalternos, el rol de las mujeres, aspectos conmemorativos y la crudeza de la vida en el campamento del ejército aliado.

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Agradecimientos

A lo largo de estos años de investigación fue valioso el apoyo de muchas personas e instituciones, entre ellas, en Tacna, la Sociedad de Artesanos de Auxilios Mutuos El Porvenir, la Asociación Benemérita Sociedad de Auxilios Mutuos de Señoras y la Dirección Desconcentrada de Cultura de Tacna. En Lima, al Centro de Formación en Turismo por la oportunidad de permitirme participar en esta publicación. A mis colegas Angelica Gómez, Jack Chávez, Pedro Vargas, por sus comentarios. También agradezco por proporcionarme desinteresadamente información a Lourdes Guevara de Suarez; Ingrid Cafferata, Hubert Wieland, Daniel Zegarra, Juan Carlos Oganes, Manuel Velázquez, Patricio Greve, Enrique Vargas Giles y Carlos Vela.


1. El término “Dark Tourism” fue empleado por primera vez por Foley y Lennon (1996) y es indicativo de la posmodernidad (Lennon y Foley, 2000, Wight, 2006), y Seaton incorpora el término de tanaturismo, para referirse a los viajes a lugares en busca de encuentros reales y simbólicos con la muerte violenta (1996, 2009). En líneas generales el turismo oscuro está asociado a los viajes a lugares asociados con la muerte, el desastre, sufrimiento y destrucción (Stone, 2006; Sharpley, 2009, Gabasova, 2014). El término “Dark Tourism” fue empleado por primera vez por Foley y Lennon (1996) y es indicativo de la posmodernidad (Lennon y Foley, 2000, Wight, 2006), y Seaton incorpora el término de tanaturismo, para referirse a los viajes a lugares en busca de encuentros reales y simbólicos con la muerte violenta (1996, 2009).

2. No hay un consenso sobre el origen de este tipo de turismo (Sharply, 2009; Miles, 2002, 2016), Wight reconoce que es un fenómeno histórico antiguo que ha crecido desde mediados del siglo XX (2006). Para propuestas de clasificación consultar: Stone, 2009; Lennon y Foley 2000; Bohórquez, 2017; Navarrete, 2020, etc. Sobre sobre sus implicancias Smith (1998) y en relación con aspectos éticos, oferta y demanda ver Sharply (2009).

3. Ya que por su naturaleza permiten la comprensión de periodos históricos de un país y además son sitios de transición y cambio social de la vida de miles de personas y con consecuencias dramáticas para la sociedad Shutherlan y Hols (2005).

4. El turismo bélico y de batallas, para Moral-Moral (2017), es un turismo experimental, se centra en las guerras, consecuencias, recreación, su conmemoración y combina la cultura con la historia (ver también Penoche y Blanco, 2020).

5. Lauwers (2011) refiere que los turistas británicos desde 1919 concurren a los campos de batalla de la Gran Guerra o visitar las tumbas de sus parientes (Saunders, 2003). En España, se ha dado énfasis a programas de puesta en valor, conservación y turismo principalmente a sitios relacionados con la Guerra de Independencia española (1808-1814) y la Guerra Civil.

6. La primera corresponde a la Campaña marítima o naval (05 de abril al 08 de diciembre de 1879), luego de la cual se llevó a cabo la Campaña terrestre de Tarapacá (noviembre y diciembre de 1879).

7. Hasta el momento desconocemos la cifra exacta del ejército chileno que participó en la contienda (Vega-Centeno, 2020b)

8. Como los sitios de Miraflores (1821), Sángrar (1881), San Pablo (1882), Huamachuco (1883), etc., debido a que muchos de estos escenarios cuentan con monumentos conmemorativos que le dan visibilidad al campo de batalla.

9. La peregrinación a un campo de batalla para Baldwin y Sharpley, puede entenderse como la visita a los monumentos del sitio para recordar, centrándose en el valor espiritual de visitar una tumba (2009, Miles, 2016).

10. El interés cultural, patrimonial, memoria histórica, el paisaje militar y turístico que concitan los campos de batalla y los conflictos fueron ampliamente abordados por los investigadores (Miles, 2016; Woodward, 2014; Hernández, 2011, Baldwin y Sharpley, 2009). Así como el interés actual de la guerra y el patrimonio militar desde una óptica crítica de civilidad (Hernández, 2011).

11. Ver, por ejemplo, el análisis efectuado por el Mincetur para Tacna que consigna únicamente el Museo histórico regional de Tacna y el Museo de sitio de Peañas como “atractivo ancla”, esto debido a que la única forma de medir la afluencia de los visitantes al sitio es por la emisión de un boleto turístico (2020, p. 56). Asimismo, en el inventario de los principales recursos turísticos de la provincia de Tacna, en la categoría lugares históricos se encuentra del Complejo Monumental del Campo de la Alianza, así como una de las principales festividades o actividades conmemorativas (INEI, 2017, p. 380-373; Plan Estratégico Regional de Turismo de Tacna [Pertur], 2020).

12. Asimismo, en el inventario de los principales recursos turísticos de la provincia de Tacna, en la categoría lugares históricos se encuentra del Complejo Monumental del Campo de la Alianza, así como una de las principales festividades o actividades conmemorativas (INEI, 2017, p. 380-373; Pertur, 2020).

13. El cerro Intiorko se encuentra a una distancia de 4 km hacia el Noreste del campo de batalla. En las inmediaciones de la desaparecida “pirámide mortuoria” se encuentra una fosa común con los restos de los combatientes del campo de batalla, área que aún no ha sido delimitada. Este pequeño monumento conmemorativo fue totalmente destruido en 2014 (Cavagnaro, 2002).

14. Esta confusión persiste en el imaginario popular y los estudios académicos (Cid, 2021, p. 354; Casanova, 2017, pp. 171-172, Pertur Tacna, 2020, p. 103).

15. Fue declarado Zona Intangible mediante la Resolución Ministerial N.° 495-2017-MC, fundamentada en la Ley N.°23668 del 26 de agosto de 1983. Posteriormente, se emitió el 27 de noviembre de 2008 la Resolución Directoral Nacional N.° 1663/INC donde se reconoció como Zona Histórica e integrante del patrimonio cultural de la Nación (Calisaya, 2018).

16. El 2018 se aprobó el Plan de Gestión del sitio Histórico de batalla escenario de la batalla Alto de la Alianza, el objetivo fue la determinación de sectores para establecer usos en el Sitio Histórico de Batalla, con la finalidad de salvaguardar y promover su adecuada gestión.

17. El 2017 mediante Resolución Ministerial N.° 495-2017-MC se declara Sitio Histórico de Batalla y con el Decreto Supremo N.° 008-2017-MC, se determina los sectores para establecer usos del sitio. Finalmente, el 2018 mediante Resolución Viceministerial N.° 070-2018-VMPCIC-MC se delimita el sitio denominado “Escenario de la Batalla del Alto de la Alianza”, protegiendo un área de 4776.27 hectáreas (Vega- Centeno, 2015; Calisaya, 2018).

18. Para más información sobre la configuración del valle y a cuenca del Caplina consultar Vela Velarde (2021).

19. Se trata de bromelias de las especies: Tillandsia purpurea, Tillandsia landbeckii, Tillandsia capillaris y Tillandsia werdermannii. Esta última está categorizada como especie de flora silvestre en peligro, de acuerdo con el Decreto Supremo N.° 043-2006-AG.

20. Aunque algo alejado hacia el este del monumento se encuentra el cerro Intiorko, que está conformado por un cerro de poca altura y una quebrada aledaña no muy profunda, que limita con el antiguo camino a Sama.

21. Adicionalmente, en la ciudad de Tacna existe el “Patronato del Complejo Histórico Monumental de los Defensores del Campo de la Alianza” (Cornejo, 2012) que está conformado por las principales autoridades tacneñas y presidido por el alcalde de turno; esta se encarga de velar por la integridad del campo de batalla.

22. A raíz del Decreto Legislativo N° 22431 de 1980, es que conforman comisiones departamentales para la organización de las efemérides. Para el caso específico de Tacna esta debía incluir la batalla del Alto de la Alianza, el combate de Arica (7 de junio de 1880) y la Resistencia de los pobladores de Tacna (Cornejo, 2012).

23. En el caso del área del monumento conmemorativo el Alto de la Alianza ocupa un área de 0.5 ha, este se encuentra en las coordenadas: 362590E, 8009792N (WGS 84), con una altura de 769 m s. n. m.

24. Esta infraestructura conmemorativa fue financiada con recursos propios de Tacna y con la colaboración de diversas instituciones, su construcción duró 5 años (arquitecto Vargas, comunicación personal, 2018).

25. Con respecto al proceso de sacralización de un escenario bélico, ver el Seaton (1999), y sobre la importancia de los valores del paisaje como componente de la memoria Miles (2016).

26. Los sitios más conocidos son: Gettysburg, Waterloo, Bailén, Somosierra, el desembarco de Normandía durante la Segunda Guerra Mundial, Campo de Concentración de Auschwitz, túneles de Cu Chi en Vietnam, Pearl Harbor, Normandía, Hiroshima entre otros (ver Navajas y Gonzales, 2017; Hernández, 2011).

27. Inclusive hasta 1910, las escuelas peruanas que funcionaban en Arica efectuaban romerías patrióticas cada 7 de junio al Morro de Arica conmemorando a Batalla de Arica (Vargas, 1980, p. 179; Miranda, 2018, p. 121 y Cid, 2021, p. 358).

Figura 1. Detalle de ubicación y posible distribución de las tropas. Plano de ubicación del campo de batalla Alto de la Alianza-Tacna (reimpreso de “Excavando la Muerte: investigaciones Arqueológicas en el campo de batalla del Alto de la Alianza de la Guerra del Pacífico (1880)”, de Vega-Centeno, (2020b, p. 303), en Landa y Hernández de Lara Arqueología de campos de batalla de América Latina en perspectiva (p. 303), 2020.

Figura 2. Detalle del monumento en el cerro Intiroko. Restos de los monumentos conmemorativos en la cima del cerro Intiorko que están asociados a eventos posbatalla del Alto de la Alianza (1880), por tanto, los monumentos y el escenario de batalla de 1842 se encuentran en total abandono a pesar de ser un sitio con potencial turístico para Tacna.

Figura 3. Panorámica del entorno paisajístico del campo de batalla Alto de la Alianza. La imagen corresponde a la sección colindante con la quebrada Magollo, nótese la presencia de vegetación xerofítica típica del desierto costero.

Figura 4. Vista de detalle del material arqueológico disperso en superficie en el campo de batalla. Figura izquierda, detalle de cartuchos y munición dispersos en superficie del campo de batalla y la figura derecha, restos óseos correspondientes a un equino en muy mal estado de conservación, estos pueden proporcionar información sobre la terrible muerte de estos animales en batalla, entre otros aspectos.

Figura 5. Vista del Complejo Monumental Alto de la Alianza. Figura superior, el monumento conmemorativo, el acceso al museo de sitio y los cañones modernos en la plataforma. Figura inferior izquierda, escultura de “La Inmolación”, que simboliza el sacrificio y la tragedia de la batalla y figura inferior derecha, escultura metálica que representa a los soldados de la alianza peruno-bolivina.

Figura 6. Vita del Camposanto del campo de batalla Alto de la Alianza. Figura izquierda, detalle del camposanto y la hilada de cruces blancas, figura derecha, escultura de mármol con un conmovedor mensaje a los combatientes de la batalla.

Figura 7. Vista del Camposanto del campo de batalla Alto de la Alianza. Imagen de detalle del frontis del Complejo Monumental Alto de la Alianza, nótese al fondo hacia el este, el epígrafe en la arena con el apellido del General Castro.

Figura 8. Imagen de la ceremonia de conmemorativa del 2019. Figura superior em inferior izquierdo, vista panorámica de la ceremonia de conmemoración y figura inferior derecha, detalle de una esquela fúnebre del Camposanto.