doi: https://doi.org/10.21754/devenir.v8i16.136

Toro Muerto.

Rumbo a Patrimonio Mundial

James Posso Sánchez

Editorial de la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa. PERÙ, Arequipa, 2021.

reseña de Consuelo González Madueño

El arte rupestre es la más antigua y extendida manifestación de la espiritualidad humana y, como todo patrimonio cultural, necesita de un reconocimiento por parte de la sociedad para ser valorado, protegido, conservado, investigado y difundido. De esta necesidad nace la presente obra titulada Toro Muerto. Rumbo al Patrimonio Mundial. Ubicado en la provincia de Castilla en Arequipa, Toro Muerto está considerado como uno de los más grandes e importantes sitios de arte rupestre, a lo largo de 10 km2 de área hay una gran cantidad de rocas grabadas con 2584 representaciones geométricas, antropomorfas y zoomórficas. En 1951, fue descubierto para la ciencia por el Dr. Eloy Linares Málaga cuyo trabajo de investigación fue continuado con las aportaciones de Mariano de Rivero y Ustariz, Antonio Núñez, Julio Manque, José Antonio Chávez, Lucy Linares, Muriel Pozzi-Escot y Liz Gonzales.

La presente publicación es una buena iniciativa por parte de la Universidad Nacional de San Agustín, los investigadores y autoridades de Majes, y el primer paso para enterar a la sociedad sobre el valor y significado de sus recursos culturales, a través de una revisión sobre los resultados de las investigaciones arqueológicas realizadas en Toro Muerto en la región Arequipa. Además, la idea de presentar esta obra en castellano, inglés y en quechua le da un valor agregado fomentando la multiculturalidad. En su presentación, el rector de la Universidad Dr. Rohel Sánchez señala que últimamente se han producido avances importantes, a través del Proyecto de Investigación Arqueológica Toro Muerto (PIA-TM), que contaron con el apoyo de la arqueóloga Ana María Hoyle, exdirectora de la Dirección de Sitios del Patrimonio Mundial, y el meritorio aporte del Comité de Gestión Rumbo al Patrimonio Mundial los Petroglifos de Toro Muerto, presidido por James Posso e integrado por la Municipalidad Provincial de Castilla, las municipalidades distritales de Uraca-Corire y Huancarqui, además de gremios y asociaciones de turismo.

Así mismo, la alcaldesa del distrito de Ucara- Corire, Martha Ruelas afirma que el turismo y la cultura son fundamentales para generar una economía sostenible, tendencia que crece a escala mundial. Señala, además, que Toro Muerto es el recurso más importante del valle de Majes, por ser la mayor muestra de arte rupestre del país y una de las más grandes del mundo. Su cuidado es imprescindible para las futuras generaciones. James Posso, no solo nos muestra en esta obra los petroglifos de Toro Muerto, sino también el entorno mágico de este legado arqueológico. El valle de Majes y sus variados atractivos, como las huellas de dinosaurios de Querulpa con sus 150 millones de años, las bodegas de pisco, vinos y caña de raíces coloniales, las lagunas refrescantes del balneario de Chancharay, la adrenalina de las actividades ecodeportivas y la exquisita gastronomía que tiene en el camarón a su principal ingrediente.

Con el subtítulo “Toro Muerto la magia del desierto” el texto despierta interés e importancia y nos traslada al sitio con sus maravillosas fotografías, las cuales por su claridad y orden, nos permiten apreciar la plasticidad de sus diseños, como su gran variedad, mostrando el universo iconográfico del sitio, se individualizan o conjuntan figuras y escenas de seres antropomorfos, zoomorfos y geométricos, en donde se pueden observar continuidades, cambios, mutilaciones y superposiciones, que revelan el curso de un proceso evolutivo de su arte. Hay una tradición genuina del arte rupestre de Toro Muerto, colmada de simbolismos, que tuvo como fundamento una evolución ideológica significativa y lo singulariza como un caso extraordinario y sin equivalentes en el Perú y el mundo. A través de los estudios se establecieron las relaciones del ‘estilo de las figuras’ y de los fechados radio carbónicos de los contextos asociados, siendo los petroglifos más antiguos vinculados a las tradiciones estilísticas pukará (200 d. C.) en las figuras de los camélidos, los felinos y especialmente la representación del ‘bagre’, un pez del lago Titicaca.

Recalcamos que el pilar para lograr éxito en la postulación del complejo arqueológico Toro Muerto cómo patrimonio mundial ante la Unesco es la Ley N° 31240. Estamos convencidos que con esta ley se aporta muchísimo a la obtención de este reconocimiento internacional, además del orgullo para Arequipa y todo el Perú.

Finalmente recomendamos la lectura de esta publicación y que se escriban muchas obras más sobre los petroglifos de Toro Muerto para de esta manera fomentar su investigación, conservación y puesta en valor, al mismo nivel que las Líneas de Nasca o Chavín de Huántar, entre otros casos destacables. También es necesario seguir contando con más investigaciones y con el apoyo de las instituciones porque representa una de las mejores muestras de arte rupestre de la región, del Perú y del mundo.